Arte Al Limite Magazine

“No es belleza lo que busco, sino energía”
“I look for energy, not beauty”

Por Natalia Vidal Toutin. Periodista (Chile).
Imágenes cortesía de la artista.
September 2016
https://www.arteallimite.com/en/2016/09/01/ysabel-lemay/

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De cada cruce que compone un estallido de color, nacen detonantes de razón que vuelven fulgurante la búsqueda de respuestas que rodean la esencia de la vida. De estallidos de color está compuesto el transcurso del tiempo en todos los espacios. De estallidos de color se alimenta el intelecto. De estallidos de color nace el delineado de siluetas de un momento y la obra de Ysabel LeMay.

Un torbellino de información brota genuino de la faz de la tierra, la elocuente e intrincada complejidad de la naturaleza. Su perfecto cúmulo de relaciones majestuosas no hallan su procedencia, sino en el rotundo misterio de la creación.

De los colores y formas que penden de sus componentes, se sujeta con firmeza la imagen física de la energía. Y allí se encuentra Ysabel LeMay, batiendo sus estímulos artísticos al ritmo de una danza de movimientos, que se revelan ante ella como la imagen y proyección de lo que ha llamado Wonderful Other Worlds.

Son sus construcciones en macro formato, la fuente de energía que haya aleatoriamente en la naturaleza, que le hablan hasta captar su atención cuando lleva un lente bajo el brazo. Y cuando eso ocurre, se vuelve una epifanía infinita el momento, brotan y brotan imágenes, innumerables de ellas reclamando un extracto de realidad que les haga partícipe de sus collages.

Se descubrió a sí misma en ese cruce mágico, donde flora y fauna se vuelven un híbrido de evocaciones: energía vital para dar luz a uno de sus trabajos. Sin ánimo de buscar la belleza y la perfección, la artista tejana encuentra su sitio en la suma de componentes, en los múltiples estímulos del entorno, las capas que vuelven luminoso el esplendor de lo infinito. En cada imagen superpuesta, un guiño suelta su vuelo y comienza a armar la serie de vínculos, cruces e interconectividad que dan forma de manera intuitiva o azarosa a la existencia misma. La convivencia de todas sus partes en el ecosistema resultan el aliciente perfecto para tomar territorio, poder y posesión del argumento basal de la obra que está pronta a dar vida.

Capa por capa la artista trabaja en la esencia que persigue, un tránsito lento y pausado de cientos de imágenes que convocan su atención y relatan parte de esta extracción definitiva de realidad. Entonces sus colores toman fuerza y se abren espacio, comienzan autónomamente a contar historias. La fotografía sirve de proveedor de memorias y la artista se vuelve la constructora de puentes de sentido, que enlazan la propuesta visual que la posiciona en las cumbres del arte contemporáneo de hoy.

Cuando miles de imágenes hablan entre sí para relatar una historia, ajena al verbo, se produce aquella paradoja que une la interpretación de la obra de Ysabel, como una compleja red de conexiones, y lo que ella describe sobre estas en el collage es: “simplemente un reflejo de la complejidad inherente de la naturaleza, sus innumerables interconexiones. En todo caso, mi trabajo es una simplificación de esa complejidad”.

Es lo que llama la danza de la interacción lo que hace que un lugar cualquiera, por inhóspito que parezca, se vuelva infinito en formas, detalles y elementos y hable desde su composición para revelar su cualidad, de lo que llama “organismos existentes en permanente danza de interacciones”.

¿Dónde hallar el concepto central de tu trabajo?

Quizá un término más musical vendría bien aquí: en el movimiento. Siento que estoy en ese punto en que el movimiento termina y un respiro es dibujado. Un nuevo movimiento está por comenzar.

Los últimos siete años he estado explorando mi práctica con el hipercollage, la idea de otros mundos maravillosos y un camino para expresar qué es lo más importante para mí: la energía y la interconectividad de la naturaleza. No puedo describir cuál es el próximo movimiento en mi vida de artista, ni cómo va a ser tampoco. Pero estoy en el tránsito de un cambio, mis decisiones de hoy tendrán grandes consecuencias en los años venideros. Me siento nerviosa, pero también llena de júbilo.

¿Por qué hablar de la construcción de Wonderful Other Worlds y cómo se conecta esto con el hecho de que esos mundos están compuestos de elementos del mundo real?

Es casi imposible imaginar nada que no tenga algo de inspiración en el mundo real. Imaginar algo completamente desconectado de la realidad que conocemos, algo sin ningún punto de referencia, sería como crear algo incomprensible para cualquier individuo, como explicar el color azul a una persona que ha sido ciega desde que nació.

Pero lo más importante es que yo no estoy tratando de imaginar mundos que no existen. Más bien estoy tratando de expresar la increíble perfección de la naturaleza de una manera que nuestras mentes imperfectas y sus sentidos pueden captar y apreciar. De esta forma, mis Wonderful Other Worlds son tan reales como las plantas, los árboles y las aves que puedes mirar en este momento por tu ventana.

¿Cómo identificas los elementos de la naturaleza que quieres mezclar en tus collages y en qué puntos ellos mismos comienzan a construer una historia?

Cuando estoy en una expedición fotográfica dejo a mis ojos divagar sin restricciones. Todo lo que parece nuevo e inesperado, alguna forma intrigante, captura la atención de mi ojo. Entonces tomo fotografías, miles de ellas. No estoy aún en un nivel meticuloso de selección de imagines cuando miro un campo o encuadre, sólo capturo todo cuanto pueda. No es la belleza lo que busco, sino la energía. Y la encuentro tanto en una hoja seca, como en una vibrante y luminosa flor recién nacida. Son igualmente parte de la vasta presencia de la naturaleza.

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From every crossroad that makes up a color burst, detonators of the mind that search for stunning answers about the essence of life are born. The passing of time, in all spaces, is made up of color bursts. Intellect feeds upon color outbreaks. The silhouette outline of a moment, and Ysabel LeMay´s work, emerge from color bursts.

A whirlwind of information genuinely arises from the earth; the eloquent and intricate complexity of nature. Its perfect heap of majestic relationships spring forth from the categorical mystery of creation, and does not find their origin.

The physical image of energy holds on firmly to the colors and shapes that hang from its components. And here, we can find Ysabel LeMay, beating her artistic stimulus to the rhythm of a dance of movements that reveal before her as the image and projection of what she has called Wonderful Other Worlds.

Her constructions in large format are the source of energy that she accidentally finds in nature, which speak to her until they capture her attention, when she is carrying a lens under her arm. When this occurs, the moment becomes an infinite epiphany: images spring forth unceasingly, many of them demanding a moment of reality that can transform them into a part of her collages.

She discovered herself during this magical crossing, where flora and fauna blend and become a hybrid of invocations, of vital energy that gives birth to one of her works. The Texan artist, with no spirit of searching for beauty and perfection, finds her place in the sum of parts; in the multiple stimuli of her surroundings; in the layers that light up the splendor of infinity. In each overlapped image, she waits for a sign that lets her fly freely, to begin assembling a series of bonds, crosses and interconnections that give shape to existence in an intuitive, risky way. The coexistence of all of these parts in the ecosystem are the perfect incentive to gain territory, power, and possession of the basic argument of the artwork she is next to produce.

The artist works on the essence she pursues, layer by layer; a slow, paused crossing through hundreds of images that summon her attention, and narrate part of that definite extraction from reality. Then, her colors gain strength and space, and begin telling stories independently. Photography works as a provider of memories, and the artist becomes the constructor of bridges of sense, that tie her visual proposal together, placing her at the peak of today´s contemporary art.

The paradox, ignorant of verbs, that puts together the interpretation of Ysabel´s work is produced when thousands of images speak with each other to tell a story, like a complex network of connections. She describes these in her collage as: “a simple reflection of the inherent complexity of nature and its innumerable interconnections. Anyhow, my work simplifies this complexity.”

The dance of interaction, as she calls it, is what makes any place infinite in shapes, elements and details, even if it seems inhospitable; and allows it to speak from its composition to reveal its quality. She calls them “organisms that exist in a permanent dance of interactions.”

Where can we find the main idea of your work?

Maybe a more musical term could fit here: in movement. I feel I am at that point where movement ends and a break is drawn. A new movement is about to begin. During the last seven years I have been exploring my practice with hyper collage. The idea of other wonderful worlds and a road to express what is most important to me: movement, and nature´s interconnectivity. I am not able to describe the next movement in my artistic life, or how it is going to be, either. But I am on a transition towards change; my decisions of today will have great consequences in the coming years. I feel nervous, but also joyful.

Why speak about the construction of Wonderful Other Worlds, and how does this connect to the fact that those worlds are made up of elements of the real world?

It is almost impossible to imagine anything that doesn’t have at least some inspiration from the real world. Imagining something completely disconnected from reality as we know it, something without a reference point, would be like creating something incomprehensible to any individual; like explaining the color blue to someone that was born blind. But what is most important is that I am not trying to imagine worlds that are inexistent. I am, quite the opposite, trying to express nature´s incredible perfection on a way that our imperfect minds and their senses can capture and appreciate. This way, my Wonderful Other Worlds are as real as plants, trees and birds that you can see from your window at this moment.

How do you identify the elements of nature that you want to put together in your collages, and at what point do they start building a story?

When I am on a photographical expedition I let my eyes wander without restraint. Everything that seems new and unexpected, some intriguing form, captivates my eye´s attention. Then I take pictures; thousands of them. I am still on a careful level of image selection when I stare at a field or a framing. I just capture everything I can. I do not look for beauty, but for energy. And I find it on a dry leaf or on a vibrant, luminous newly born flower. They are part of that vast presence of nature, all the same.

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